Ejercicio para grupos:
“un nuevo lenguaje”
Se coloca todo el mundo
en círculo. El monitor/a, en silencio, con gestos, divide en dos el
grupo trazando una línea y asignando a un grupo el número uno y al
otro el número dos. Con gestos indica lo que hay que ir haciendo con
la voz:
-un sonido contínuo
-subidas y bajadas
-bucles
-sonido seco y cortante
-sonido abombado
Se trata de un ejercicio
importante de atención y comprensión. Quien dirige un grupo puede
emplear un lenguaje y un código que no sea necesariamente el hablado
y podemos responder corporalmente y/o musicalmente al mismo. Los
músicos cuentan historias sin necesidad de hablar. La música es un
perfecto método de traducción y tiene su propio lenguaje.
La
responsabilidad principal de un Director de Orquesta se lleva a cabo
durante las horas (o semanas, o meses) de ensayos mientras se
preparar la presentación de una obra. Es durante ese tiempo que el
Director corrige a los profesores ejecutantes de la orquesta la
dinámica, la debida interpretación rítmica de una frase ambigua,
incluso la dirección de los arcos de los instrumentos de cuerdas. El
Director debe poner el máximo empeño en la afinación de la
orquesta ya que una orquesta desafinada distraerá al oyente al punto
de destruir una gran composición. En realidad, en el momento del
estreno de la obra el Director ya podría ser prescindible. De hecho,
hay excelentes agrupaciones entre las mejores del mundo, como la
Camerata Bariloche, por ejemplo, que no tienen un Director. Al menos,
no uno al frente de la agrupación con una batuta (o sin ella, ya que
algunos prefieren dirigir con gestos de los brazos y manos). Sí
tiene un Director Musical que básicamente decide varios puntos
esenciales para la interpretación correcta de la obra.
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